Los problemas íntimos son comunes a muchas mujeres y no hay grupo de edad que no se vea afectado.
Picor íntimo, ardor, dolor interno y externo, flujo vaginal alterado, sequedad vaginal y molestias durante las relaciones sexuales son algunos de los síntomas.
El calor, el agua salada, la arena, el sudor, los bañadores, la ropa ajustada y los productos de limpieza inadecuados pueden provocar irritaciones y molestias. A veces, estas molestias pueden derivar en una vulvovaginitis por cándida, gardnerella u otros agentes microbianos, y en algunos casos conviene consultar a un ginecólogo.
A menudo, el primer episodio de incomodidad íntima en la vida de una mujer se produce justo alrededor y después de la menstruación.
Los problemas relacionados con el colon, tanto el estreñimiento como la diarrea, que son más frecuentes cuando hace calor, también pueden facilitar las infecciones; de hecho, la vagina y el recto están próximos y, debido al estancamiento de las heces, puede producirse la colonización del primero por microorganismos como las bacterias que normalmente habitan en el intestino.
Las relaciones sexuales sin protección, una higiene íntima deficiente o inadecuada y la toma de medicamentos, sobre todo antibióticos, alteran la flora vaginal y aumentan el riesgo de infección.
Puede evitar estos problemas con unos sencillos gestos:
- Si estás en la playa, procura cambiarte el bañador, no lo dejes mojado.
- No intercambie toallas, toallones y ropa interior.
- Si llevas ropa ajustada o ceñida, como ropa deportiva, intenta cambiarte en cuanto puedas.
- Si utilizas un tampón interno, cámbialo cada 2 ó 3 horas.
- Si utilizas una braga protectora, procura cambiarla a menudo.
- Utiliza productos suaves para la higiene íntima.
- Recuerda hidratarte, bebiendo al menos 2 litros de agua al día. Es un buen hábito siempre, no sólo en verano.